El invierno deja sus rastros de viento y agua sobre la superficie de las cosas que se pueden mirar.
«…Las olas eran altas y los vientos soplaban del sudoeste. Las colinas desaparecieron rápidamente de la vista ocultas tras el oleaje, y el Utakima-maru navegó guiándose por la brújula durante seis horas, con visibilidad muy escasa. La aguja del barómetro no dejaba de bajar y la altura de las olas aumentaba todavía más…»
Yukio Mishima (El rumor del oleaje)
Imagen: radahmg (instagram)